Camino de Santiago
Mis vacaciones se componian basicamente de 3 semanas (2 semanas de camino de santiago y 1 semana de campus), y la verdad si lo llego a saber no hago esto ni de coña, pero no me arrepiento.... bueno un poco.
El camino no es un camino de rosas para nada, hay que ir preparado físicamente si quieres afrontarlo bien y sobretodo mentalmente, que no te vas de fiesta ni a un "todo incluido". Pero la satisfacción personal de haberlo terminado vale la pena. Porque con eso me quedo yo y con las experiencias vividas, creo que es algo que se tiene que hacer en la vida, y aunque muy duro lo recomiendo, eso si, si tienes pocas vacaciones vete una semana a tope y luego a descansar.
Llegamos a "Villafranca del Bierzo" después de varias horas de autobús un poco cansados, pero después de ver a nuestros amigos (que ya llevaban una etapa hecha), y estaban reventados empezamos a asustarnos.
Empezamos la primera etapa bastante bien, pero creo que fué la peor, la elegimos de 28 km porque no habia ningún pueblo intermedio que estuviera bien para quedarse, y creo que eso nos mató un poco, porque la subida a O Cebreiro es bastante mortal.
A partir del tercer dia tus pies y tu cuerpo se empiezan a acostumbrar y ya no resulta tan dificil, te mentalizas y te parece incluso normal lo que haces, es increible lo que el ser humano puede aguantar si se lo propone.
Lo peor que llevabamos eran los horarios, un dia normal para nosotros era:
5:30 am - Te levantas, te vendas, recoges y te pones las botas (desayuno en medio)
6:00 am - A andar unos 20 km minimo
14:00 - 15:00 pm - Llegar al albergue, ducha y curas
15:30 pm - Comer un menú en algún sitio (están realmente bien los bares por esa zona)
16:30 - 20:00 pm - Hacer el vago
20:30 pm - Cenar
22:30 pm - A dormir
Y esque aunque parece que no es un horario muy esclavo, ya que a las 22:00 cerraban el albergue y no habia manera de salir/entrar.
La llegada a Santiago fue triunfal, todos tirados en medio de la plaza intentando recuperar el aliento, y muy felices de ver todo lo que habiamos dejado atrás. Un par de dias de fiesta en Santiago nos curarian todos los males.
Con la compostelana recogida y ya más descansados tocaba salir a tomar unas copichuelas, que para ir de fiesta se sacan fuerzas de donde no las hay. Y luego ya en taxi al aeropuerto y a casa, y es en ese momento cuando empiezas a valorar las cosas que no sabes que tienes hasta que las hechas de menos, tu cama, tu ducha, tu casa, tu baño... etc
No me arrepiento de haber hecho esta locura para nada, ha sido una experiencia genial aunque bastante dura, pero 100% recomendable, para al menos hacerlo una vez en la vida, asi que ya sabeis no desaprovecheis la oportunidad de ir, pero preparaos para lo que os viene.